En un rincón de la taberna de la ciudad, bajo unas lánguidas
luces y el humo de cigarro que lo nublaba todo, estaba él. Con su fatuo porte
observaba con insolencia y arrogancia, desde su mesa .Apoyado en su silla,
mostrando su vanidad en ciernes, bebía de su copa de ron con hielo.
Su sombrero de ala ancha, ocultaba parte de su mirada, tan
solo podía verse su curvada boca por su ego desbordado. Sonreía ninguneando a
todo aquel que pasaba a su lado hasta que la algarabía que llegaba de la puerta
le despertó de un hobby un tanto tosco y ridículo. Centro con disimulo su atención
en la entrada. Entre el gentío y las risas, un hombro de mujer le reclamo su
desvelo . Escondido bajo su sombrero inspecciono a la dueña de ese perfecto
hombro.
En un instante, sus miradas se cruzaron en la inmensidad del
espacio y la distancia. Atrás quedó su risa absolutoria y prepotente, atrás
quedó su búsqueda de la atención de cualquier hermosa e insignificante mujer
que pasará a su lado. Dejó de escuchar el barullo de las conversaciones ajenas,
su copa seguía lánguida apoyada en su mesa, su cigarro se consumía en el
ostracismo, acariciado tan solo por sus dedos, muriendo sin volver a sentir sus
labios en su papel.
Su mirada tan solo volaba hacia ella, que comenzaba junto a
un atractivo hombre el baile mas erótico y mas sensual que conocían. Bajo los
compases mas insinuantes de un tango, ella desprendía una sensualidad que
erizaba la piel al mas gélido hombre. Sus largas piernas jugaban al escondite
con las de su pareja de baile, en el preciso instante en que esta se enrollo
entre las de él , el aire dejo de propulsarse por los pulmones de nuestro
galán.
Mientras veía como ese hombre recorría lascivamente la
exuberante anatomía de esa diosa, miles de pirañas destruían su carne vencida
por el deseo y la envidia. Antes de dejarlas llegar al mismo corazón, se
levantó de golpe de su silla, se colocó la chaqueta y camino con decisión y chulería
hacia la pista de baile. A su paso, atraía las ardientes miradas de las damas,
y la furia de sus parejas. Se acercó a su dama y con un gesto medido y galante
,la giro sobre sus pies y la abrazó con pasión.
El asombro se apodero de la joven que en un instante quedo
prendada de la fuerza de la mirada de nuestro galán. Tras unos instantes de indecisión,
la dama siguió bailando. La música le llevo con un golpe certero y rotundo a
agacharse hasta el suelo mientras su pierna quedaba estirada a un lado, él
tremendamente excitado tiro fuertemente de ella y la subió a horcajadas. Desprendía
un erotismo infinito. Siguieron en su sensual danza, conociéndose entre los últimos
golpes de un tango.
Hacia unos instantes que la melodía había cesado, pero ellos
seguían abrazados mirándose tan a dentro.... Que no se habían dado cuenta que
todo el local permanecía observándolos mientras cuchicheaban.
De golpe, alguien la arrebato de los brazos de nuestro galán.
Aquel ínfimo hombre que la acompañaba requería lo que era suyo. Él, quedo
paralizado decidiendo que hacer, al tiempo que esa mujer desaparecía de su
vida.
Tan solo queda una pregunta....hasta cuando?
Insthar
2009
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