Esa
noche, Markus Thorus preguntó a las estrellas el inudito episodio
acontecido esa misma tarde. La incomprensión ahogaba su entendimiento,
abogandole a la locura , al hastío. La brisa enfrío sus delirios, y
recapacitó. Tan solo era una mujer, pensó. Pero ese pensamiento fue
desencadenando una lluvia de emociones, que llameaban en su pecho,
con´el único anhelo incomprensible de volver a verla.
Sin contener su euforia, entró en sus aposentos y mandó llamar a sus sirvientes.
- Traiganme a la mujer ....ahora : ordenó enfurecido.
Impaciente
no podia sentarse a esperar, y caminó iracundo por la habitación.
Tocaron a su puerta, y tras ella, apareció el ser más enigmatico y
hermoso que jamas había visto.
Una
túnica blanca de tul ocultaba una esbelta silueta, que ceñia un cordon
de cuerda ,a su cintura. Su pelo negro caía cual cascada por su espalda.
Su mirada azul y penetrante observaba co nrespeto al gran gladiador,
que no podía articular palabra.
- Pido la palabra , Gran Thorus.
La
miró encarcelando en su vientre, el deseo irreflenable de escuchar sus
gémidos bajo el poder de sus caderas. Con un gesto de su mano derecha le
instó a hablar.
-
No era mi intención, Gran Thorus, mancillar el honor de su coliseum, ni
de usted mismo. Tan solo ,deseaba luchar contra los hombres, mostrando
que una mujer puede ser una Gladiadora.
Tan solo persigo un sueño ... hasta que pierda la vida en él o por él.
-
De donde viene y cual es su nombre : Le preguntó evitando mirarla a los
ojos, pues sentía como si absorviera su razón ,abocandole a la más
pérfida obsesión por amarla, cuidarla ,escucharla.
-Procedo
de Alejandría, donde aprendí el arte de las letras, de las estrellas
mientras perfeccionaba los aprendizajes de mi maestro oriental en el
arte de la guerra.
Markus
giró de repente ,asombrado por lo que esos labios de miel le contaban. Y
preguntandose donde había estado escondida esa princesa que
resplandecía en Palacio y en la arena. Sintiendo que auqello que ella
amaba les unía, las estrellas, las letras. Aspectos que no hacían más
que enroscar una serpiente vil a su cuello, dejandole sin respiración.
- Conoces los secretos de las estrellas? : preguntó manteniendo la ilusión atrapada en su garganta.
- Si, Gran Thorus.
-
Entonces , .... ya tengo un lugar para ti, me enseñarás todo lo que
aprendiste en Alejandría, y compartirás mi lecho cada noche.
Ella,
observo el atletico cuerpo del gran gladiador, y una sonrisa atrevida
saltó a su boca. Era conocido por la ciudad, el potencial físico
descomunal del Gladiador, y la excitación ferviente comenzaba a bullir
por el cuerpo de la joven Nayla.
En
el silencio de la noche, mantuvieron la fuerza de sus miradas, eldeseo
hervia en sus ojos. Mientras ella, deslizó su vestido por la suave piel
de su cuerpo y quedó desnuda ante él.
Continuará
Insthar
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