sábado, 10 de diciembre de 2011

... EN SU LECHO...



En la oscuridad de una madrugada renovada, las bella melodía caracoleaba por entre mis sentidos, mientras sus manos dibujaban deseos en mi espalda. La miel de sus besos despertó el calor en mi piel, y la pasión de mis manos. Sus susurros descendieron desde mi lóbulo hasta el valle de mi ombligo, sonrieron a las caracolas de mi nuca, para girar con suavidad y descender mi cuello. 
Sus largas piernas rodearon las mías, acercando su sexo donde la espalda rebosa de alegría, sus brazos colmaron de sensaciones mi pecho que antes dormía, mientras a mi espalda sentía el fulgor apasionado de un latir desbocado, que como cientos de caballos relinchaba por mi algarabía. 
Su calor se hizo mio, despertándome del letargo, donde escondido se quedaba mi cansancio. Y ahora, hervía mi deseo entre sus brazos, mi anhelo entre sus labios y mi pasión acurrucada en el valle ardiente, que reposa ante tus piernas. 
"Nunca dejes de besarme" 
Y la luz de su mirada me recubría con un manto de lujuria. Frente a ella, sintiendo la desnudez de su alma, con su cuerpo pegado al mio, celoso del oxigeno que la rodeaba, que le robaba caricias prohibidas que tan solo eran mías. Le dije que la quería, que la amaba , que mi piel se desprendía de mis huesos cuando no la veía. Y ella sonrió, y lamió mis labios ,excitando mi hombría. 
Sus manos recogían mi rostro, mientras el caramelo de su boca se fundió con la mía, y mi lengua la buscaba ansiosa, acariciando sus labios, su cuello hasta desmayar en sus pechos para despertar  , con sus mordiscos en mis pezones.
Y subió a mis caderas, y meció su cuerpo al compás del infierno, y amarró mis manos con su perversa mirada, mientras me ahogaba en un delirio frenético, que le gritaba. Cada ápice de mi estructura se derrumbaba ante su vil tropelía, un frenesí alentado por la pasión que la abría, pero yo sabía que estaba en sus manos, y ella sabía que estaba en las mías. Y mordía su labio, y yo la sentía, y sus pechos me apuntaban y yo los seguía, y mis manos atropelladas por su osadía. Y su fuerza me perturbaba por cercenar mi sueño, tener sus senos en mis labios secos. Secos de su agua, secos de su sexo. 
Y la locura se cernió a mi cuello y derribo a mi amada, y su empeño. Y la hice mía en mi lecho. 
La colmé de excesos, de arrebatos y cerezas . La escuché gritar mi nombre, me perdí entre sus gemidos, desbordando mi fervor por sus latidos y sentí su calor inaudito ... me quemé en el infinito.
Arder en sus brazos, gemir en su regazo , sentir el amor de sus besos, de sus caricias, de sus silencios.
"Nunca dejes de besarme"

Insthar

TOO LATE




El silencio se esparce por la noche , al tiempo que el sol cae rendido en los brazos del mar. La llamas de las largas velas se ha perdido tras el brillo de la luna, que traspasa las paredes, rebosando esta estancia del frío perturbador de su esencia plateada. Los platos intactos reposan deprimidos en la mesa, las flores se han marchitado, a pesar de nunca haber florecido. La ilusión se ha escondido tras el sofá, esperando que el cansancio y la noche, haga desaparecer la desesperanza. 

El sonido del camión de la basura, advierte que es demasiado tarde, para vestir elegante, y para guardar los restos de un amor de fraude. 
Su mirada cabizbaja, y sus sentidos colgados de una pared demasiado vertical para ser escalada, los pies inertes se desprenden de sus zapatos, y sus manos del vestido de sueños que estilizaba su silueta, y que rebozaba su corazón en flores de colores. 
Sin inmutarse, arrastro los platos hasta el final de su mesa, el vestido recién estrenado y las velas terminadas ... y lo dejó todo en la puerta de su casa. En una bolsa, que entre huesos y ensaladas, descansaban cientos de sueños, y tiritas del alma, vestidos de fiesta y hasta desnudos de gala. Sueños y deseos en bandejas de plata, que serán banquete de ratas.
Esperó unos minutos más, desnuda en su puerta, envuelta en una fina capa de esperanza .... disipada por su tardanza. Demasiado tarde, la puerta ya está cerrada.



Insthar

... PROMETO HACERTE DAÑO ...



...Prometo hacerte daño .... esas son las palabras que palpitaban en su mente ,mientras los largos alfileres penetraban en su espalda, buscando, sin piedad, clavarse en sus nervios. Paralizar sus extremidades,  permitiendo que sus sentidos permanecieran inalterables.Creando una aura de dolor inaudito, por el que cualquier persona caería inconsciente al suelo, mientras ella, con la calma en su mirada y una sonrisa sarcástica en su rostro, esperaba su turno.
Ya no sentía nada, el antídoto de su odio y la ilusión de la venganza actuaban de morfina extremadamente potente a esa tortura, provocando la ira en su captor, negado en su deseo ante la fortaleza insospechada de ella. Iracundo, comenzó a gritar ,exigiendo que su rostro inexpresivo rompiera en llanto ,que suplicara por su vida, que cayera al suelo, despojada de su honor para besar los pies de su amo. 
Y en ese preciso instante cuando los golpes marcaban su piel por la rabia de la prepotencia y la frustración...cometió un error..
Soltó las cadenas que la tenían condenada a ser la pareja de baile una pared mugrienta, para rodear su grácil cuello con ellas. Alejó los extremos de las cadenas dejando entre ellas, su garganta, que poco a poco perdía su grosor, impidiendo el éxodo del oxigeno a sus pulmones. Mientras perdía el color de su tez, su captor sentía en su piel ,el triunfo , la sensación de poder que tanto ansiaba. 
Pero, las manos de ellas, ahora libres, encontraron compañeros de batalla, las dagas que escondía en la cara interna de sus muslos, encontraron su objetivo. Perturbado y comprimido en su deseo mortal, no vio como ella sacó las dagas y cortó su vena femoral, solo en el instante en que la fuerza se escapaba de el, por su sangre que manaba silenciosamente,de los grandes cortes que contaban sus piernas. Cayó al suelo...y entonces ,ella sonrió. 
Tras asegurarse que sintiera cada acción en su cuerpo, sin desfallecer, lo subió a una camilla y lo encadenó. Con un objeto punzante y de punta plana, comenzó a hablarle.
- Hacía mucho tiempo que te deseaba ver en mis manos. Te di la oportunidad de matarme, y tu descontrol , tu pasión inconsciente perturbó tu cometido. Has sido un jugador muy estúpido ... aunque tus maniobras me han ocasionado unas sensaciones magnificas. Espero que te haga disfrutar tanto como tu a mi.


Su lengua acarició su cuello hasta morder su lóbulo," no hay nada que me excite tanto como el miedo. Tu miedo." Se subió a horcajadas sobre él, y acarició con sus manos toda su espalda, aprisionando sus costillas hasta hacerlas sonar. Volvió a pasar sus manos hasta partirlas, y escuchar un grito ensordecedor de la boca de su cazador cazado. 
- Humm, ya siento como tus pulmones se encharcan ,despacio.... que hermoso es el amor, pequeño.
Cogió un utensilio de punta plana y muy afiliado y lo apuntó a su columna, entre sus vertebras hizo un inciso y lo clavó. 
- Entre las vertebras hay unos discos esponjosos, que no necesitarás a donde te diriges. Sentirás un escalofrío embriagador que recorrerá toda tu espalda, hasta enervar los sentidos y paralizar tus extremidades. Lo sentirás hasta que lleves tres días muerto, hasta que los gusanos comiencen a comer tu carne.Seré como el amor que nunca has sentido, mi recuerdo dolorido te seguirá hasta el infinito y es que, como cunado te enamoras, Tú te equivocaste buscando enemigo.
 Tras siete discos perdidos, bajó de su enemigo ... postrado en una camilla de metal, el horror y el dolor pintaba de blanco su rostro. 
Las ruedas de la camilla, sonaron chirriantes en su camino al horno crematorio. 
Decían que solo el fuego ,deshace las almas perdidas, los aniquiladores de sombras y aquellos que sembraban el miedo en la gente de bien. Y ella, había terminado con él, en vida .... y en su muerte.


...Prometí hacerte daño ... y siempre cumplo mis promesas.




Insthar