sábado, 10 de diciembre de 2011

... PROMETO HACERTE DAÑO ...



...Prometo hacerte daño .... esas son las palabras que palpitaban en su mente ,mientras los largos alfileres penetraban en su espalda, buscando, sin piedad, clavarse en sus nervios. Paralizar sus extremidades,  permitiendo que sus sentidos permanecieran inalterables.Creando una aura de dolor inaudito, por el que cualquier persona caería inconsciente al suelo, mientras ella, con la calma en su mirada y una sonrisa sarcástica en su rostro, esperaba su turno.
Ya no sentía nada, el antídoto de su odio y la ilusión de la venganza actuaban de morfina extremadamente potente a esa tortura, provocando la ira en su captor, negado en su deseo ante la fortaleza insospechada de ella. Iracundo, comenzó a gritar ,exigiendo que su rostro inexpresivo rompiera en llanto ,que suplicara por su vida, que cayera al suelo, despojada de su honor para besar los pies de su amo. 
Y en ese preciso instante cuando los golpes marcaban su piel por la rabia de la prepotencia y la frustración...cometió un error..
Soltó las cadenas que la tenían condenada a ser la pareja de baile una pared mugrienta, para rodear su grácil cuello con ellas. Alejó los extremos de las cadenas dejando entre ellas, su garganta, que poco a poco perdía su grosor, impidiendo el éxodo del oxigeno a sus pulmones. Mientras perdía el color de su tez, su captor sentía en su piel ,el triunfo , la sensación de poder que tanto ansiaba. 
Pero, las manos de ellas, ahora libres, encontraron compañeros de batalla, las dagas que escondía en la cara interna de sus muslos, encontraron su objetivo. Perturbado y comprimido en su deseo mortal, no vio como ella sacó las dagas y cortó su vena femoral, solo en el instante en que la fuerza se escapaba de el, por su sangre que manaba silenciosamente,de los grandes cortes que contaban sus piernas. Cayó al suelo...y entonces ,ella sonrió. 
Tras asegurarse que sintiera cada acción en su cuerpo, sin desfallecer, lo subió a una camilla y lo encadenó. Con un objeto punzante y de punta plana, comenzó a hablarle.
- Hacía mucho tiempo que te deseaba ver en mis manos. Te di la oportunidad de matarme, y tu descontrol , tu pasión inconsciente perturbó tu cometido. Has sido un jugador muy estúpido ... aunque tus maniobras me han ocasionado unas sensaciones magnificas. Espero que te haga disfrutar tanto como tu a mi.


Su lengua acarició su cuello hasta morder su lóbulo," no hay nada que me excite tanto como el miedo. Tu miedo." Se subió a horcajadas sobre él, y acarició con sus manos toda su espalda, aprisionando sus costillas hasta hacerlas sonar. Volvió a pasar sus manos hasta partirlas, y escuchar un grito ensordecedor de la boca de su cazador cazado. 
- Humm, ya siento como tus pulmones se encharcan ,despacio.... que hermoso es el amor, pequeño.
Cogió un utensilio de punta plana y muy afiliado y lo apuntó a su columna, entre sus vertebras hizo un inciso y lo clavó. 
- Entre las vertebras hay unos discos esponjosos, que no necesitarás a donde te diriges. Sentirás un escalofrío embriagador que recorrerá toda tu espalda, hasta enervar los sentidos y paralizar tus extremidades. Lo sentirás hasta que lleves tres días muerto, hasta que los gusanos comiencen a comer tu carne.Seré como el amor que nunca has sentido, mi recuerdo dolorido te seguirá hasta el infinito y es que, como cunado te enamoras, Tú te equivocaste buscando enemigo.
 Tras siete discos perdidos, bajó de su enemigo ... postrado en una camilla de metal, el horror y el dolor pintaba de blanco su rostro. 
Las ruedas de la camilla, sonaron chirriantes en su camino al horno crematorio. 
Decían que solo el fuego ,deshace las almas perdidas, los aniquiladores de sombras y aquellos que sembraban el miedo en la gente de bien. Y ella, había terminado con él, en vida .... y en su muerte.


...Prometí hacerte daño ... y siempre cumplo mis promesas.




Insthar


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