El electrificante momento ha llegado. Introduzco la llave en la cerradura de mi coche. En el trascurso de mi entrada en el, todo lo que me rodea cambia completamente. La magia de este universo me absorve ,y comienza la trasformación. Mi melena azabache pierde su tonalidad tenebrosa ,para caer en rendida ante la luz dorada, tan solo guardando un ápice de rebeldia, en un mechon rasta que prende de mi nueva cabellera, unos sugerentes labios dejaron atrás a mi boca de frambuesa, largas piernas que me acercan a los pedales de mi maquina ( estas ya las tenía, ;)).
He notado como las agujas describian sus trazos en mi piel, marcandome con su historia. ( que digo yo, que me parece muy bien esto de convertirse en un pibon, pero ...joder, los tatuajes tb¡¡¡¡¡) .
A los mandos de mi maquina ,rugen los motores, mi pie enfundado en una bota alta de largo tacón, pisa con fiereza los pedales ,buscando la excitación de su motor, y empapando a la conductora de ella.(grrrr ....)
La música a todo trapo, la ventanilla abierta, dejando que el aire penetre en el habitaculo, dejando fluir la energia ,que emanaba de esa conjuncion, libertad, potencia y deseo.
Deseo de dejar atrás a las demás ruedas, en una salida precisa y veloz, donde las ruedas marcarian el asfalto con mi huella. La huella salvaje del instinto más básico. El deseo de sentir la carretera bajo mis ruedas, de notar la lejania del horizonte, al que nunca llegas, pero que siemrpe mantiene tu ilusión, que nunca termine esta carretera , de curvas sinuosas ,cerradas e interminables.
Acomodada en mi Shelby Mustang GT 500, me enfrento a los intrepidos que creen vencerme, esperando que el disco se pinte de verde, y regocijandome en su incredula mirada ante mi victoria. Ahí os quedais....
- Merde .... se me ha calado¡¡¡¡
Todo sueño llega a su fin, y la melena rubia vuelve a ser azabache, y el mustang se convierte en la bala verde ( que de bala tiene poco , aunque sí que es verde), y la velocidad se la llevó el tocino, porque en mi coche no está . Bueno ,por lo menos me quedan las piernas largas, con las rodillas amoratadas porque no caben en mi mini coche. Y es que no hay nada como soñar... jajaja.
Siempre me quedará el recuerdo de mi paseo en el mustang ...
3 comentarios:
Jejeje!!! Ya te veía con tu pelo al viento conduciendo ese mustang!!
Saludos!!
Muy bueno...jejeje. La bala verde fue también un sueño. El sueño de un carnet que una vez parecía tan lejano. El siguiente sueño, Mustang o bala roja jejeje, llegará.
No me extraña que te sobren patas...caray que larga es la tía jejeje
Bésix
jeje, como no le caiga un bote de pintura y se convierta en roja,jijiji...Pero bueno, a veces los sueños los convertimos en realidad.
Un besote a los dos¡¡
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