Hacía mucho tiempo que no subía a un autobús.
Esa mañana me puse las gafas y en mis manos, notaba el frío tacto del bisturí, de cualquier cirujano, que ansía abrir en canal ,a la última alma cándida, que descansa en la mesa camilla de su quirófano, sin importar más que el próximo descubrimiento, el gran tumor que habita en su interior o el cambio de válvulas de un corazón agotado.
Como un aventurero ,que con la antorcha en la mano, penetra por una lóbrega cueva, en busca de algún tesoro perdido o el elixir de la juventud.
Subo las empinadas escaleras del autobús, y tras pagar el billete, me paró frente al pasillo, con la decisión más importante en ese instante. Donde sentarme? . Pero acaso importa lo que yo decida, si tan solo debes mirar a los ocupantes, de tan ínfimos tronos. La señora que ocupa el asiento cercano al pasillo, dejando libre el de la ventana, pensando que los nuevos conquistadores verán demasiado esfuerzo el pedir paso, a dicho trono con vistas mágicas, a los demás trastos que circulan por la carretera.
Observar y viereis que aquellos que han descubierto una inmensa magia, que acapara toda su atención, en la farola que espera en la calle, a que algún pájaro le defeque encima, NO desean que tus carnes le opriman en un mini habitáculo en su trayecto.
Evitar el contacto con los que viendo vuestra intención de ocupar su contiguo asiento, aceleran sus gestos torpes y lentos ,en poner sus enseres en él, mientras ponen un" lo siento ,jodete "en su rostro.
En fin, que paso tras paso, nos queda poco lugar en el bus, y si tienes suerte, algún ser amable y benevolente ,te mirara a los ojos, y te sonreirá ... apretujando su anatomía a la ventana y dejando libre tu trono. Ese que te durará hasta el fin de tu viaje ... a no ser que encuentres uno con vistas.
Pero ,si eres tan desgraciada que no haya ninguna sonrisa perdida por el bus...siempre te quedará quedarte de pie, cerca de la puerta, tan pendiente del pistoletazo de salida como los atletas en la final del mundial de atletismo.
Porque ... siempre puedes bajarte del bus...
Y que hacer ... dejar que decidan por tí ... o decidir tú ?
Insthar
3 comentarios:
Hasta en las pequeñas decisiones cotidianas, nos jugamos el disfrutar de un viaje o no...
Incluso en la elección de asiento en el bus ... descubimos tu espiritu vital...jeje
Un beset
A no ser que el viaje sea largo no me importa ir de pie en un autobús, excepción hecha de si es en Roma, allí mejor sentarse, por el bien de la superviviencia personal.
Todo esto lo has escrito porque no te dejaron sitio???? jajaja
Qué crack
Bésix
A mi tampoco me importa ir de pie, asi salgo cuando antes del bus...pero, es tan curioso ,como evitamos el contacto visual ....porque sabes que si lo hay ...abres la puerta a tener compañia en el trayecto..jijiji
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