martes, 26 de agosto de 2014

Huidas

... Le vieron correr, pero nadie supo si huía o no ... Corría muy rápido, al mismo ritmo frenético que sus pensamientos. Kilómetro tras kilómetro le martilleaba su sonrisa, su propia sonrisa, y esa sensación de felicidad que desborda. Entonces se paró, en seco.Todo estaba inundaba en silencio, ni siquiera escuchaba como circulaba su sangre por el cuerpo. Pero si que escuchaba su respiración, la respiración de ella cuando apoyaba su cabeza en su pecho, incluso comenzó a escuchar el suave roce de su mano por su pelo. Pero, entonces, escuchó unas pisadas suaves, tranquilas, y elegantes. Las suyas. Entonces volvió a correr, enloquecido porque no podía imaginar si esas pisadas, huían o se acercaban.... 

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