lunes, 24 de septiembre de 2007

EL COMIENZO DE....AZIWA

CRONICAS DE CALVARIAN 2ª PARTE
Publicado el 24/09/2007 a 07:33


Era el 23 de septiembre de la era Rúnica. Las conversaciones iban a comenzar al mediodía. Me dispuse a prepararlo todo para que no hubiera fallos en el protocolo que pudieran dar al traste con las negociaciones. Comencé preparando el menú. Esta vez era un poco más laborioso, pero seleccioné una serie de platos que compartían las costumbres Kartaldas y Alfazthor. Menú de Palacio
-Salteado de Gulas con gambas acompañadas de ajo picado y guindilla
-Costillas de cerdo asadas con reducción de majado de ajo y perejil, vinagre, aceite Y vino blanco.
-Patatas con sal pimentón y aceite al microondas
-Paella con calamar y gambas
-Vino, cerveza y Coca-cola
-Postre crema catalana.
Todo empezó en torno a las 13.00. La delegación Alfazthor aparcó su transporte frente al palacio, como el día anterior. Sólo habían pasado unas horas, había dormido poco y mi obligación para con mi pueblo era agradar a los Imperiales. Había estado toda la mañana supervisándolo todo para que no hubiera errores.Recibí a los Alfazthor en la puerta de Palacio y les invité a pasear por los aledaños. El día era caluroso, el sol era radiante pero negros nubarrones se cernían sobre el horizonte. Amenazaba tormenta. Decidí invitarles a un refrigerio en una tasca cercana, para que conocieran las costumbres Kartaldas. Entramos, pedimos unas bebidas y nos sentamos. Ellos no estaban cómodos, se sentían observados. Además tenían otros planes…En un momento de descuido, Malar extrajo de su Bolso un artefacto para ponerme a prueba de nuevo. Era la segunda prueba. Ahora comprendí lo que me contaron los magos. ¡Te harán una prueba física y otra mental! La física me la habían hecho el día anterior, el primitivo juego de Bolos. Para ello habían enviado a intimidarme al musculoso Jostor. Ahora llegaba la hora del juego mental. Tenía que resolver una sería de cuestiones psicotécnicas. Como en el juego del día anterior, mi puntación no fue buena.La estrategia que me habían aconsejado los magos Kartaldas, estaba tomando forma. Ellos me propusieron que, ante las pruebas a las que me invitaran a participar, yo me mostrase torpe. Todo estaba preparado para que el ego Alfazthor creciera y creciera. Así creyéndonos un pueblo vulgar, débil y poco desarrollado nos dejaran vivir en paz.Regresamos del paseo para terminar de preparar la comida de trabajo.Esta vez, siguiendo también una estrategia premeditada, preparé un menú para encandilar a Jostor, quién acabó casi con las costillas y la paella. Me resultó curioso el comportamiento, las costumbres y el protocolo Alfazthor. Parece ser que, por turno, y para que no haya sorpresas, cada día es uno el que se llena de alimentos. Esta vez le tocó a Jostor. Temen sentirse indispuestos a la vez.Seguidamente nos relajamos viendo una película. Cuando llegaba el atardecer, decidí limpiar la cocina de palacio para que se llevaran una impresión buena y pulcra de nuestro pueblo. Mientras Jostor veía la televisión, Malar me interrogaba sobre mi vida, intentando descifrar mis secretos. No lo consiguió aunque siendo, como es, experta en interrogatorios, me hizo caer en algunas contradicciones de las que me costó salir airoso.Poco tiempo después, y, tras pasar un rato en la terraza de palacio, decidieron retirarse al campamento Alfazthor. Como muestra de buena voluntad, deposité en unos recipientes las costillas y el arroz que sobraron, y se los entregué a Jostor. Seguidamente hice entrega de las chuches a Malar, todo enmarcado en una ceremonia cuidadosamente preparada. El serio protocolo Alfazthor les impidió dar saltos de alegría. Yo, notaba en sus ojos que se habían llevado buena impresión de nuestro pueblo.Seguidamente les acompañe a la puerta de palacio. Allí, ocuparon sus asientos en el transporte que los llevaría de regreso al campamento Alfazthor. Mientras, yo, para eliminar la tensión creada por tamaño esfuerzo, creí conveniente tomarme cuatro pintas en una tasca cercana a palacio. Allí, me confirmó uno de los espías destinado en Alfazthor, que la delegación imperial había llegado con buen estado de salud a sus aposentos, y que habían comenzado el ritual de las pipas, que parece ser típico en este Imperio.Ahora, me dispongo a entregar este informe al Consejo de las Diez estirpes, que aprobará el reconocimiento de la superioridad del Imperio Alfazthor a cambio de nuestra independencia. Parece ser que en reconocimiento a mi labor, el pueblo Kartaldas junto con los dos componentes de la delegación Imperial preparan un homenaje. Yo, Marcelus Calvarian os agradece a todos vuestros esfuerzos pero prefiero seguir con mi vida de anacoreta, donde Golondria pasea por mis sueños…
EL GUERRERO CALVARIAN

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