La miraba a escondidas para luego esbozar una imagen en su mente. Hacia semanas que nada más verla, erizaba su piel, y arrastraba a su ritmo cardíaco a un ascenso vertiginoso. Esa mañana, el sol le había sorprendido navegando en la profundidad de su recuerdo, saltó de la cama y se dirigió impetuoso a recuperar el tiempo soñado. Batió su propio record, pues era el momento más ansiado del día.
Miércoles 12:30 hrs., y sus ojos como si de un carboncillo se tratara comenzaron a delinear su rostro, las curvas de sus ojos, sus largas pestañas, hasta que anclado en sus ojos, se despertó de repente. Ella le hablaba ...
Esa noche, volvió a recordar sus ojos, a delinearlos en su mente, hasta caer dormido bañándose en ellos.
Jueves, siempre a la misma hora, las 3 de la madrugada ,ella se despertaba cubierta de caricias soñadas en otros sueños, envuelta en un calor por los suyos propios. Alterada y con la opresión en el pecho de haber soñado algo tan real como el edredón que huia de su cuerpo. En los caracoles de sus orejas, se quedó su sonrisa, y la suave caricia con la que pronunciaba su nombre.
Esa noche, él soñaba con delinear con sus dedos las curvas de su espalda, ella con encontrar un nuevo camino desde su cuello hasta su ombligo. A las 3 de la madrugada, comenzaron a emerger de sus piel finos hilos de azúcar, que como volutas de humo irrompibles ondeaban el infinito que los separaba, buscándose.
Con piruetas y vuelo rasante, se encontraron bajo la luna, que sonreía enamorada, alli sus hilos se enredaron, se entrelazaron como trenzas de seis lazos, para enmarañarse con la lana, esa que no hay gata ni gato que desenrede. Y fué casi amaneciendo cuando el sol y la luna se vieron las caras, cuando impregnaron de ilusión y luz, ese apasionado y hermoso ovillo de sueños, cuando bajo su mirada, se soñaron juntos. Y ella, le sintió real en su sueño, y él no quiso despertar ....
SIGAMOS SOÑANDO EN LA REALIDAD ....
Insthar
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